viernes, 18 de marzo de 2011

El día en que el hombre rellenó a la naturaleza

El otro día, mi madre me dijo que había encontrado una receta de "algo que seguro que te gusta", y que lo tendría al día siguiente para comer. Quise mantener la intriga, pero los fuertes olores de la cocina y ver varias piezas de carne a la vez me superó. Así pues, lo que mi madre estaba preparando era algo que se conoce como pastel de fiambre, cosa que en la vida había escuchado antes y que con el nombre, ya se notaba la pesadez (estoy seguro de ser el único idiota que no sabía de la existencia de tal plato).
Por si nadie sabe de qué estoy hablando, el pastel de fiambre contiene: Jamón serrano, pavo, carne de cerdo picada, jerez, mantequilla, dos huevos y cebolla picada. Hay quien le pondrá más cosas, pero ya depende de cada uno.

Llegado el momento, me decidí a abrir el frigorífico y comerme el susodicho pastel. Recordando la premisa de "Puede comerse frío", me fijé en que tanto en eso como en su forma, parecía totalmente tortilla de patatas, redonda y ligeramente hinchada. Una tortilla hecha de carne, esto debe ser la polla.
Me encantaría recomendarlo o en su lugar decir que es un truñaco, pero como en todo, las primeras veces que haces algo en cualquier ámbito de la vida siempre sale mal o con exceso de mantequilla, como precisamente ocurrió en este caso.

La cosa es que mientras comía me puse a pensar que estaba comiéndome varios tipos de animales al mismo tiempo. Esto ya entra un poco en lo absurdo y lo jocoso, pero si yo llego a ser Dios y me veo que un mortal está mezclando el cerdo, el pavo y el aborto de pollo huevo en una única masa, le mando de cabeza al infierno por atentar contra la naturaleza. Y no, si fuera Dios no arreglaría los cuantiosos problemas del mundo, si eso después, pero lo primero es lo primero.
Después de pensar tal chorrada, recordé que comparándolo con una cosa que vi hace no mucho, aquello no era absolutamente nada. Luego caí en que era totalmente obligatorio compartir con el mundo (más de lo que ya habrá hecho por sí solo) semejante y maquiavélica ocurrencia. Ha llegado la hora de poner advertencias:


EL SIGUIENTE VIDEO PUEDE DAR BASTANTE ASQUETE. ABSTÉNGANSE VEGETARIANOS O GENTE QUE DUDE DE SU ORIENTACIÓN ALIMENTARIA.







Si has conseguido ver el vídeo entero no te preocupes, el aborrecimiento de la carne durante toda tu vida se pasa a la media hora.

martes, 8 de marzo de 2011

Halo: Reach

Spartans never die, they're just missing in action.




Nunca me ha gustado la saga Halo. Principalmente porque pese a que el tan aclamado Jefe Maestro tenga menos carisma que una mierda reseca, el Covenant llevase armas raras y existiese esa lacra llamada Flood, nunca entendí qué tenía de especial, ni qué era eso que hacía que le surgiesen fans de la nada y lo consagraran como el mejor shooter en primera persona de la historia. Era un shooter de matar aliens a base de vaciarle un cargador en la cara a cada uno que te encontrases, encarnando a un protagonista que intentaba cumplir el estereotipo de héroe justo, silencioso e implacable, pero que pecaba de no poseer profundidad ninguna.
Pese a todo, se salvaba el argumento que crecía en complejidad conforme avanzaba a lo largo de los tres títulos, los paisajes exteriores, y la BSO de la mano de Martin O' Donnell y Michael Salvatori.